Para conservar la identidad y el patrimonio arquitectónico de los barrios, el Municipio está renovando los adoquines en calles de Temperley y Banfield.
La ciudad está en sus calles. Parte de su historia y su esencia se encuentra en los paisajes al aire libre que caracterizan a cada barrio, como una postal inconfundible de esos rincones típicos que son reconocidos de inmediato tanto por sus habitantes como sus visitantes.

En Lomas de Zamora hay sectores tradicionales que mantienen su imagen distintiva de siempre, como el barrio inglés de Temperley o el de Banfield que conservan sus calles empedradas y sus casas clásicas.

Para preservar ese patrimonio arquitectónico, el Municipio viene realizando trabajos de renovación de las calles de adoquín con el objetivo de mejorar la circulación en distintas arterias principales. Hoy, las tareas se concentran en Colón y Juncal, San Martín, entre Darragueira y French; Espora y Lavalle, España y Castelli, entre otras.

En las últimas semanas pasaron por  Capello y Azara, Pueyrredón y Gallo, Alem y Larrea y España y Falcón. Desde hace tiempo los vecinos venían exigiendo esto para poder circular con sus autos sin problemas y también para evitar que se arruinen por completo las tradicionales calles.


”Me gusta que el barrio conserve su estilo intacto, pero al mismo tiempo está bueno que no se formen pozos y cráteres en la cuadra de casa”, señaló Marcos Giabone, que desde chico vive en Tomás Guido a 300 metros de Garibaldi. Allí las calles se conservan como desde los primeros años en los que el partido se fue consolidando.

Más allá del crecimiento urbano que está viviendo Lomas en la zona del centro, la identidad de los sectores más antiguos del Distrito se mantiene acompañando ese movimiento de transformación. La belleza de lo clásico y lo moderno tienen su punto de encuentro allí, en los lugares más significativos de la ciudad, que invitan a recorrerlos todo el tiempo.


Fuente: Diario La Unión
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